Llevo pensando bastante sobre qué escribir en esta primera entrada de mi recién estrenado blog. Y como siempre, al final me entrego a las palabras, dejo que fluyan a través de mis dedos y las teclas de mi ordenador.
Estreno este blog después de un mes con este proyecto de Porque de algo hay que morirse, y teniendo claro estas diferencias entre el blog y la newsletter.
Todo empezó con la newsletter y ahí irán prácticamente todos mis esfuerzos: es mucho más; le doy un mimo más especial; y el trato es mucho más cercano para-con cada suscriptor.
El blog será para aquellas ideas, reflexiones, movidas de cabeza que tenga, y que necesite escribir y que me apetezca publicar, pero que no requieran ese toque extra que haría formar parte de la newsletter.
Otros escritos para ir muriéndome poco a poco.
Además de lo anterior, seguramente la periodicidad sea también una de las diferencias. En la newsletter escribo al menos tres veces por semana. Aquí en el blog, todavía no lo he decidido, pero casi seguro que no será tan frecuente (aunque luego me da la vena y escribo como un poseso… ya veremos).

Lo más seguro es que muy poca gente lea esta entrada por ser la primera de todas. O a lo mejor me equivoco, y por ser precisamente la primera, es la que más se va a leer.
Realmente no lo sé. Incluso diría que me da igual.
Pero en el fondo mentiría, ya que casi todos buscamos, en mayor o menos medida, el reconocimiento de los demás, y que lo que generamos sea visible el mayor número de veces.
Por lo que, claro, tengo muchas ganas de que esto se lea, considero que si a mí me ayuda, es posible que a alguien más le pueda ayudar. ¡Uy! pero eso es parte de la newsletter.